Adolescencia
Es una etapa entre la niñez y
la edad adulta que se inicia con cambios puberales y profundas transformaciones
biologicas, psicologicas y sociales; etapa de autodescubrimiento y aprendizaje.
Los cambios por los que atraviesa suponen crecimiento y maduración.
La Organización Mundial de la
Salud fija los límites entre los 10 y 19 años y lo divide en tres etapas:
Temprana (10 a 13 años), Media
(14 a 16 años) y Tardía (17 a 19 años).
Se han determinado algunas
claves para identificar la depresión en los adolescentes ya que en esta etapa
de cambios se dan casos de depresión o comienzan a hacerse más evidentes. Estas
claves no solo servirán como herramienta para determinar la depresión en el
adolescente si no también en la futura mamá adolescente.
1. Problemas del sueño
2. Cambios de hábitos alimentarios.
3.
Pérdida de interés en actividades que realizaba
previamente.
4. Abandono de amigos.
5. Irritabilidad y tristeza espontánea.
6.
Falta de concentración y bajo rendimiento escolar.
7.
Comentarios negativos sobre uno mismo.
8. Comportamientos violentos.
9. Huidas del hogar.
10. Pensamientos suicidas.
Maternidad y Adolescencia
La maternidad es quizás la
experiencia bio-psicosocial más importante en la vida de la mayoría de las
mujeres.
Convertirse en madre es una de
las vivencias más significativas en el desarrollo sociopersonal de una mujer
que se considera una transición normativa propia de la adultez.
La maternidad adolescente es
un fenómeno que merece especial atención no solo en la vida del adolescente,
también de la familia, la pareja y el niño por nacer. Durante esta etapa de
transición dinámica, hay muchos factores que sitúan a las jóvenes en un grupo de
riesgo; inicio de relaciones sexuales temprana, aumento de adolescentes
sexualmente activos, escasa información, bajo nivel sociocultural unido en
algunos casos a marginación y ruptura familiar,
Pensamientos ideales “A mi no
me va a pasar” y la necesidad de identificarse con grupo de pares sumado a la
presión de los medios de comunicación. Con la maternidad deben sumar a los
cambios de esta etapa en la adolescencia los cambios propios de la maternidad,
situación para la cual no están preparadas lo que produce un desborde de las
posibilidades psicológicas para asimilar la nueva situación.
El embarazo deseado o no
interfiere en su escolaridad y posibles actividades laborales. Debe adaptar sus
planes y enfrentar una nueva realidad. La adolescente tiene una labilidad
propia de su edad a la que se le suma la preocupación del embarazo y esto
potencia episodios depresivos.
El embarazo adolescente es una
problemática de la salud pública que se asocia a consecuencias biológicas,
psicológicas, y sociales negativas tanto para la madre como para el niño.
Uno de los riesgos a los que
las madres adolescentes están vulnerables es la depresión post-parto.
A partir del año 1974 la
Organización Mundial de la Salud comienza a prestar atención a la salubridad
adolescente, planteando dentro de esta el embarazo adolescente como una
problemática creciente y de capital importancia, debido a que constituyen un
fenómeno de gran impacto social ya que son generadoras de graves consecuencias
en la salud individual, familiar y colectiva.
El embarazo en la
adolescencia, aunque no hay cifras fidedignas, se estima que un gran porcentaje
de los nacimientos son embarazos no planeados y probablemente no deseados, con
estructuras de personalidad depresivas, timidez y ansiedad. Baja autoestima y depresión
propia de la edad que aumentan en los primeros meses de embarazo que tienden a
disminuir en el segundo periodo y ya en el tercer trimestre, cuando se dan la
mayoría de los cambios físicos en la futura madre, esta debe afrontar y aceptar
su nueva situación. Esa aceptación en muchos casos va acompañada con respuestas
de ansiedad y conductas depresivas que la hacen más vulnerable a una posible
depresión post-parto.
Depresión
Post-parto
Se define como post-parto al
período fisiológico entre el alumbramiento y la total recuperación del
organismo, que ocurre aproximadamente a los seis meses y comprende
transformaciones progresivas de orden anatómico y funcional.
La depresión post-parto se
conoce en DSM como un trastorno depresivo mayor de inicio en el post-parto; la
mayoría de los autores coinciden que se inicia en los primeros meses tras el
parto con una duración media de dos a seis meses.
Esta depresión se puede
desarrollar desde la forma más leve como:
Baby
Blues, un 50% de los casos (7 a 10 días) Se caracteriza por una emotividad
especial y no requiere tratamiento.
Depresión
Post-parto, en las primeras semanas del parto hace su aparición y puede durar de
tres a catorce meses; hay factores asociados a su aparición como la herencia,
historia previa de depresión, aislamiento, síntomas como fatiga, llanto,
tristeza, pérdida del deseo sexual, alteraciones de la concentración, del sueño
y pérdida de apetito; oscila entre el 8 y 25%.
Psicosis
Post-parto, es una grave complicación que afecta a 1 o 2 de cada mil nacimientos.
Con buen pronóstico en el 80% y se inicia a partir del segundo a catorce dia
del parto. Aparece fatiga, insomnio, confusión, alucinaciones, que pueden
terminar en trastorno bipolar.
Al igual que ocurre con las
puérperas en general, el reporte de depresión post-parto en adolescentes
muestra importantes fluctuaciones con valores que oscilan entre el 20% y el
70%.
Logsdon y colaboradores
encontraron en puérperas adolescentes un 37% de síntomas de depresión
post-parto entre la cuarta y sexta semana del puerperio y un 53,6% al año luego
del parto. Schmidt y colaboradores siguió durante cuatro años a un grupo de
madres adolescentes, observando un 36,7% con síntomas depresivos a los 3 meses
del post-parto y un 21,1% a los 48 meses. Figueredo y colaboradores, en
Portugal, compararon puérperas adultas y adolescentes, encontrando una tasa de
depresión post-parto de 9,3% en las adultas y 25,9% en madres adolescentes. En
el caso de estas últimas, la falta de apoyo emocional y financiero por parte de
su pareja (Que en muchísimos casos son adolescentes también.) o madres sin
parejas o con una mala relación con su madre fueron los mayores factores de
riesgo. El embarazo no deseado, intentos de aborto, embarazos de riesgo, bebés
de sexo no deseado, malformaciones, dificultad para la lactancia o lactancia
negativa son factores gineco-obstétricos identificados como factores de riesgo frente a la depresión
post-parto no así el tipo de parto.
No se encontró una relación
significativa entre factores socioeconómicos, niveles de escolaridad, y etnia
con la depresión post-parto En cuanto a los factores psicosociales, el
principal factor predictor es el estrés que aumenta en el tercer trimestre y en el puerperio.
También se encontró que aumentaba la predisposición a la depresión post-parto
en aquellas adolescentes que sufrieron abuso físico o sexual en la infancia.
Se concluyó que el apoyo de la
madre de la adolescente y del padre del niño constituyen un factor protector
ante la depresión post-parto. El subdiagnóstico de la depresión post-parto en
la adolescente se da por falta de búsqueda de factores de riesgo durante el
embarazo, por ello, todo embarazo
adolescente se considera un embarazo de riesgo.
Diagnóstico
Si bien ofrece dificultades
para su diagnóstico, ya que por parte de la mama hay un escaso reconocimiento
de trastornos del estado de ánimo en la etapa previa al embarazo o durante el
embarazo. Alrededor de la mitad de los cuadros depresivos diagnosticados
durante el puerperio se iniciaron durante el embarazo y en muchos casos, estas
jóvenes adolescentes ya manifestaban cambios en su estado anímico.
La sintomatología depresiva en
los primeros días de puerperio se puede confundir con la capacidad de esa mamá
para adaptarse a esta nueva etapa, la escala de Edimburgo es uno de los métodos
más confiables para poder actuar y dar intervención al especialista.
Tratamiento
Para el tratamiento se
requiere un abordaje que considere en la multiplicidad de factores que se
involucran en su ocurrencia mantención y las implicancias que tiene para la
madre y el niño.
Diversos estudios analizaron
la efectividad de distintas intervenciones terapéuticas para abordar la
depresión post-parto y concluyen que la terapia farmacológica muestra mayor
efectividad para reducir la sintomatología de las puérperas, sin embargo los
miedos sobre sus efectos adversos sobre la madre y más aún, sobre el niño
juegan un rol importante en la decisión materna de aceptar o no el tratamiento,
por ello los profesionales actuantes deben ser claros en la información que le
proveen a la madre y deben estar dispuestos a escuchar sus miedos para poder
aconsejar y llevarla a un buen fin con el tratamiento.
En caso de no abordarlo
farmacológicamente es de fundamental importancia la intervención psicosocial y
psicológica.
Al tratar a la paciente, es
fundamental que ella pueda comprender su enfermedad y que sepa que mejorará con
el paso del tiempo; la psicoeducación forma parte del tratamiento. Una de las
principales recomendaciones terapéuticas es el acompañamiento de esta madre y
del bebé en forma permanente.
La terapia de grupo suele ser
muy beneficiosa para el tratamiento de la depresión post parto y es mucho más
económica.
Riesgos
de no tratar la Depresión Post-Parto
Barnet y colaboradores
mostraron que las adolescentes con depresión post-parto tienen mayor riesgo de
presentar un segundo embarazo entre los doce y veinticuatro meses siguientes,
También se ha visto que estas madres adolescentes con depresión post-parto
tienen niños de menor talla, menor circunferencia craneana y una mayor
morbilidad.
La universidad de Maryland
realizó un estudio en 269 embarazadas o madres de bajos ingresos,
principalmente mujeres de etnia afroamericana de entre 12 y 18 años donde el
embarazo adolescente duplica la tasa nacional. Luego de uno o dos años del
parto, el 46% tenía depresión post-parto, el 49% volvió a quedar embarazada y
los síntomas depresivos estuvieron relacionados con el 44% de riesgo de quedar
embarazada. Se señaló que las madres adolescentes son dos veces más propensas
que las adolescentes a sufrir depresión y que las madres de etnia afroamericana
duplican a las de raza caucásica.
Otro de los efectos negativos
se da en el vínculo madre-niño y como consecuencia, se verá afectado el
desarrollo emocional y cognitivo del niño; la madre tiene poca relación con su
niño y el niño intenta a través del llanto, a través de la mirada, encontrarse
con su mama; lo intenta muchas veces pero si no logra la respuesta adecuada
comienza a tener actitudes indiferentes.
Los hijos de madres
adolescentes que cursaron con depresión post-parto tuvieron un coeficiente
intelectual más bajo que el resto de los niños; también se describe asociación
a depresión post-parto y violencia en esos niños en la preadolescencia.
Conclusiones
La depresión post-parto es una
de las complicaciones más comunes tras el embarazo; su diagnóstico precoz y el
tratamiento oportuno es de fundamental importancia para la madre y el niño.
Durante años no se diagnosticó
ya que los cambios en la mama se consideraban como algo normal; y no se tuvo en
cuenta la grave repercusión que la depresión post-parto tenía sobre la madre y
el niño. De ahí, la recomendación de dar mayor importancia a la formación y
preparación del equipo de salud para poder detectarla.
Es fundamental la realización
de una anamnesis amplia y completa para poder conocer los antecedentes
familiares y personales de la mama; también poder conocer en qué circunstancias
surge ese embarazo y si es posible llegar a conocer qué reacción tuvo esta mama
frente al embarazo. Es relevante mencionar que en el post-parto se debe tener
cuenta la escala de Edimburgo para poder diagnosticar la depresión post-parto y
acompañar a la adolescente para contribuir a que se adhiera al tratamiento y
continúe con las intervenciones terapéuticas indicadas.
Opinión
Personal
La posibilidad de realizar
este curso, me llevo a investigar más sobre esta patología, tener una mirada
más observadora en el grupo de adolescentes que atiendo cada día que aumenta
cada vez más en este grupo etario. Al observar a estas mamás, niñas, uno puede
ver el vínculo en alguna de ellas totalmente establecido con su bebé y en
otras, una relación con su hijo como si fuera su primera muñeca, presentando
una relación inconstante y en otras, un total abandono de sus bebés, dejándolos
al cuidado de sus madres u otros familiares.
Es fundamental que como
personal de salud me prepare para detectar esta patología en favor de esa mamá
y ese niño para llegar, a través de mi pequeño aporte a construir para ellos un
futuro mejor.
Bibliografía
- Material del
curso de depresión post-parto de ASAPER.
- Revista cubana
de Obstetricia y Ginecología “Actualizaciones en depresión post-parto”
- Depresión
post-parto en Madres Adolescentes, trabajo de enfermería de la Universidad
Nacional de La Rioja
- Revista
chilena de Obstetricia y Ginecología “Depresión post-parto en el embarazo
adolescente